11/09/2006

Forma VS Función

Emma Ortega Jordá Rdz.

Con este pequeño ensayo se trata de reflexionar acerca de la forma y la función en los objetos, así como en otros factores relacionados con este tema que se ha debatido en diseño industrial desde sus inicios.

La forma de los objetos comunica ideas por ellos mismos, llaman la atención de receptor y es un elemento esencial para un buen diseño. Un diseño, es una pieza con cierto atractivo visual, con personalidad y de un gran equilibrio estético. Con el tiempo, el concepto de forma ha ido sufriendo transformaciones y ha sido vista desde enfoques distintos.

A mediados de los años 50 del siglo pasado, la máxima a seguir era: “La forma sigue a la función”. Así, la función del diseñador era el análisis del objeto para quitarle todo lo que fuera superficial e innecesario y conseguir el máximo grado de funcionalidad. Se buscaba la máxima utilidad del producto y que su funcionamiento fuera optimo y claro para el usuario y las cosas útiles no necesitaran de elemento decorativo alguno: la forma se basta a sí misma. Era la corriente del “good design” o del funcionalismo.

A finales de los 70, aparecieron movimientos contraculturales, tanto el política como en arte, que cuestionaron e intentaron cambiar las normas ya establecidas. Una década mas tarde, una nueva generación de diseñadores que se oponían al funcionalismo porque les parecía demasiado neutro y aburrido. Se hicieron objetos diferentes en los que se mezclaban materiales mas diversos con la iconografía “pop” en busca de nuevas formas de expresión.

La nueva tendencia que surgió fue: “la función sigue a la forma”, en la que se le da mas importancia a la función estética del objeto y no sólo se enfocan en su función. Los objetos deben de ser funcionales, pero también debían tener una buena apariencia.

Una visión más completa de ver la forma es la que propone Luis Rodríguez Morales. Está integrada por cuatro vectores: el tecnológico, que se encarga de imponer límites físicos y definir factibilidades productivas; el funcional, que define objetivos principales a ser alcanzados en términos de la relación hombre-objeto; el expresivo, que define la forma y ordena y da sentido a los demás vectores y por último el vector comercial, que junto con el expresivo conduce el proceso de diseño. Estos vectores se interrelacionan y cada diseñador puede otorgares cierta jerarquía.

Cuando una persona compra un objeto, da por sentado que éste funciona de manera adecuada; pero lo que llama su atención, en primera instancia, es su aspecto simbólico. Por ejemplo, si se va a adquirir una licuadora, nadie lleva un poco de comida a la tienda para ver si ésta funciona adecuadamente, sino que supone que debe servir.

Por esta motivo, lo que expresa la forma es muy importante, si promete más capacidad o más durabilidad, etc. Son los aspectos simbólicos los primeros en ser evaluados por el consumidor. Aunque lo simbólico no significa nada mas que la forma este bonita y a la moda, sino que debe cumplir las expectativas del usuario como ergonomía, durabilidad, resistencia, etc.

En la actualidad la forma de los objetos no solamente obedece a criterios funcionales. Un objeto bien diseñado es capaz de comunicar algo más que su función, debe ser capaz de comunicar su intención. Así ante diferentes productos que ofrecen lo mismo, somos capaces de elegir uno y rechazar otro. El mundo del diseño industrial también esta sujeto a las modas y tendencias, y las empresas aprovechan esto para escoger la forma de los productos.
Algunos ejemplos de tendencias actuales son la Neo-retro y la High-tech. La primera son diseños que mezclan la ultimas tecnologías con una apariencia inspirada en diseños americanos de finales de los 40 y los 50, con acabados redondeados y aerodinámicos y además parecen garantizar que es un producto que funciona como los de antes. Por otro lado, en la High-tech el diseño des producto es muy limpio, claro, parecido al minimalismo y da una imagen donde no le sobra ni le falta nada.

Conciliando la importancia de la forma y la función, se puede decir que éstas no tiene porque contraponerse, sino que interactúan una con la otra influyéndose mutuamente y que dependiendo de cual sea nuestro objetivo a la hora de diseñar un objeto, podemos otorgarle mayor jerarquía a una o otra.

También se puede afirmar que alrededor de la forma y la función hay también otros factores que debemos tomar en cuenta a la hora de diseñar, como lo son el tecnológico, el funcional, el expresivo y el comercial. Y que la forma actualmente está muy influenciada por las tendencias y modas.

De esto se desprende que hay que tener presente varios aspectos básicos cuando se diseña un objeto: preguntarse para que ha nacido el objeto, cuál es su finalidad y cual debe ser su función. Porque un producto puede ser muy estético y no servir para nada o puede ser muy funcional, pero no ser nada atractivo para el comprador.

Bibliografía

· Asensio, Paco et al. Product Design. Ed. TeNeues. Barcelona, 2002.
· Munari, Bruno. ¿Cómo nacen los objetos?. Ed. Gustavo Gili. Barcelona 2004.
· Rodríguez Morales, Luis. “Los esquemas para la configuración de la forma en la modernidad” Las rutas del diseño.

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