4/06/2009

ARTESANÍA VS. MARCA.

¿EN VERDAD EL CLIENTE PREFIERE UNA MARCA QUE LE ES FAMILIAR A UNA ARTESANÍA LA CUAL IDENTIFICA SU CULTURA?


FRITCHE SALAZAR SANTIAGO.
GÓMEZ GARCÍA GENOVEVA.
LONGORIA HERNÁNDEZ MARÍA DEL CARMEN.
PIÑA SILVA GEMA.
ZUVIRI OVIEDO GIOVANNI.




Entendemos por artesanías las obras materiales que hace el hombre con sus manos, sin emplear para ello las técnicas y maquinarias modernas, cuyos modelos son tradicionales.
Uno de los temas más tocados, cuando se habla de producción industrial, es cómo ésta reemplazó rápidamente a la artesanía. “La realidad de ayer eran los artesanos y la realidad de hoy es la producción industrial” (1).
Se culpa a la industria y los modelos económicos de sacrificar y olvidar lo sencillo y humano que es la artesanía, haciéndolo parecer una fábrica de horror donde lo importante es vender y la única preocupación que se tiene es cómo inducir al consumismo a la sociedad.
Inclusive llegando a incluir en este juego a la propia artesanía como truco de grandes empresas para ‘rescatar’ la autenticidad y poder, por medio de la ‘marca’, llegar a la identificación con los usuarios y/o clientes. En ocasiones la ‘marca’ es lo que nos hace comprar un producto, por medio de publicidad, y del simple eslogan que enmascara la realidad del producto.
Lo anterior nos hace cuestionarnos: ¿En verdad el cliente prefiere una marca que le es familiar a una artesanía la cual identifica su cultura?
La artesanía juega un rol de victima dentro del papel del consumismo, donde se toma a la industria como la culpable de relegar el mercado de la artesanía, donde se ha hecho una vida hiperreal (simulación de algo que nunca existió realmente (2), está presente actualmente “en las patatas fritas ‘artesanas’ de supermercado, en las camisas ‘étnicas’ de artesanos que querrían vestir la camiseta Nike del Barca”(3).
Debemos señalar que en muchas ocasiones las artesanías no cumplen o satisfacen una necesidad del usuario, sin embargo el producto es consumido por ser y seguir las tradiciones de una cultura de cierto lugar, por sentirlo cercano y próximo a su forma de vida, prefiriendo consumirlo antes de comprar un objeto realizado industrialmente. Por este motivo las industrias buscan identificarse con la artesanía ya que se basan de estas para mejorarlas y es cuando se trata de simularlas, sin embargo algo favorable a ellos es que se busca darles una función práctica que satisfaga las necesidades de los usuario, pero aquí se pierde la esencia de la artesanía y deja de serlo.
La industria explota a la artesanía, pero ayuda a crear ideas funcionales para el mundo actual, “Se da una proyección en el pasado de nuestros deseos para el futuro” (4).
Con esto podemos dar por respuesta a nuestra pregunta: el usuario prefiere funcionalidad, antes que marcas y artesanías, la industria no es la culpable de la pérdida de las tradiciones de un pueblo, sino que, como mercado trata de cumplir las grandes demanadas de una sociedad que tal vez y por mucho la artesanía no podría cubrir.

1,2,3,4: Ensayo Realidad de reality, Pau de Riva, Barcelona, 2008.

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